26.12.15

silencioso wittgenstein


Shhh.

Una de las grandes aportaciones de Ludwig Wittgenstein [1889 – 1951] al pensamiento contemporáneo es la de profundizar sobre la relación entre las ideas y las imágenes para generar conceptos que sean aplicables a nuestro entorno. Y así, clarificar los elementos de la comunicación. 
Además, W. era un poco místico. Decía, por ejemplo, que su Tractatus Logico-Philosophicus se detenía ante las categorías de lo ético, lo estético y lo místico, pues resultaban ajenas al territorio de la lógica (ocupada más bien de clarificar los aspectos científicos de la realidad). De lo que no se puede hablar, hay que callar—recomendaba. 
Era, pues, un filósofo del silencio. El más honesto respecto a los límites de nuestra razón. "Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo", explica en su famoso y brevísimo ensayo. Y ante eso, lo mejor es arrojar la escalera. 
Wittgenstein es, a su modo, pionero en el análisis semiótico y el arte conceptual, y sin duda nos ayuda a comprender mejor los discursos contemporáneos: el de Marina Abramovic, por citar uno al azar, o el de  Samuel Beckett. 
Silencio, misticismo y renuncia: las bases de esta tríada se encuentran ya en el pensamiento de Wittgenstein, el discípulo preferido de Bertrand Russell.