4.11.16

¿quién mató a dora lange?


 
Nihilismo y horror cósmico de buen ver.

Bajo un cielo azul nocturno, una silueta humana se aproxima a un árbol. Lleva un cuerpo al hombro. Unas manos incendian un gajo de ramas. El pantano arde. Estas son las imágenes inaugurales de la primera temporada de True Detective, serie creada por el escritor Nic Pizzollato, y transmitida vía HBO. La dirección corre por cuenta de Cary Fukunaga, y en los roles principales incluye a Matthew McConaughey + Woody Harrelson.

La capacidad actoral de McConaughey se reinvindica gracias a su interpretación como el amargo detective Rustin “Rust” Cole, un pesimista radical, especie de Schopenhauer Texano. Cole—que mira al abismo todo el tiempo, en busca de sentido después de la tragedia—vive en un departamento sin muebles, devastado por la muerte de su hija y su eventual divorcio. Por si fuera poco, se ha entregado a un ascetismo tanto físico como moral, y cuestiona el silencio de Dios ante la injusticia. ¿Su refugio? La filosofía de Nietzsche y Schopenhauer.

Harrelson interpreta al detective Martin “Marty” Hart, un tipo común de Louisiana y el contrapeso a la radicalidad de Cole. Cumple el rol del público: es el espectador y, sin su valiosa presencia, las tribulaciones verbales del otro serían ridículas y pretenciosas. Además, sirve como pista de aterrizaje a los aviones negros y pesados de su colega. Los vuelve cómicos, les da una perspectiva coloquial.

Las conversaciones entre Rust y Marty son dardos mortíferos cargados del más puro realismo pesimista. Para muestra, este filete: "Creo que la conciencia humana es un paso trágico en la evolución. Llegamos a ser demasiado conscientes de nosotros mismos. La naturaleza creó un aspecto separada de sí misma: somos criaturas que no deberían existir por ley natural. Somos seres formados bajo la ilusión de que tenemos un ‘yo’, una acumulación de sentidos, experiencia y sentimientos, programados con la total garantía de que somos alguien, cuando en realidad todo el mundo es nadie. Tal vez lo más honorable para nuestra especie sería negar nuestra programación, dejar de reproducirnos, caminar juntos, mano a mano hacia la extinción, una última noche, hermanos y hermanas, el rechazo voluntario de un trato injusto."

En realidad, las referencias externas funcionan como pequeñas pistas que sirven para que los espectadores hagan su parte. Están ahí de manera abierta, pero no definen la historia. Por otro lado, son tantas que no terminaríamos de nombrarlas. Los curiosos deben saber que existen entrevistas al autor y páginas de fanáticos dedicados a investigar cada referencia. Lo que podemos decir es que el tono de la serie descansa sobre la tradición del cuento de terror y la historia de detectives, y que el tratamiento naturalista la hace más aterradora por su autenticidad.

La trama sucede en 3 tiempos—1995, 2002 y 2012—que nos sirven para explorar la relación de los personajes, pero también para ver cómo mienten u omiten detalles. Al final, estos tres tiempos crean una elipsis a través de la cual observamos su evolución de manera clara, cómo cambian palabras y actitudes, pero sobre todo sus estilos de vida. Pensemos entonces en esta obra como una suerte de cebolla de significados. Conforme la desnudamos, encontramos un sentido cada vez más profundo.

Si bien en la superficie se trata de una serie de detectives, lo que realmente vemos en True Detective son relaciones entre personajes en conflicto con su identidad. Asistimos al ocaso de los estereotipos y sus frágiles cascarones. Y cómo ellos, al igual que nosotros, están en una constante búsqueda de sentido en un mundo cada vez más absurdo.



El límite del horror es un horror aún mayor.