6.1.17

el revival del rythm & blues


Con Malibu, Anderson Paak entrega un material versátil y renovador.


En años recientes muchos artistas se han acercado a géneros clásicos como el rythm & blues, el soul y el hip hop. Su aproximación resulta en una hibridación musical solo a veces exitosa. Pero lo que es innegable es que estamos viviendo una suerte de era dorada en la revitalización del r&b gracias a la frescura de artistas como Raphael Saadiq, Frank Ocean, Childish Gambino y The Internet. En esta ocasión hablaremos del campeón de la hibridación de géneros y saltos generacionales, Anderson Paak, y su álbum Malibu.

Una de las principales fortalezas de Paak consiste en hacer buena música en distintos estilos musicales. Estamos frente a una obra llena de ritmos infecciosos. La manera en la que construye melodías nos habla de un artista que hay que tener en la mira, no solo por su manera de sonar relajado sin ser cursi, sino porque sus canciones no caen en el lugar común del pop genérico. La arquitectura de sus canciones cargadas de letras honestas y personales flota sobre ritmos de hip hop que se bifurcan. Letras que nos hablan de su hermana cantando a Whitney Houston, de su primer par de tenis o de su papá tras las rejas.

Estamos frente a una obra
llena de ritmos infecciosos.

La voz de Anderson—rasposa, áspera y muy distintiva—fluye hermosamente cuando rapea y funciona mejor cuando canta, pero sin duda la manera en la que combina estos dos aspectos es la clave de su versátil magia. Mi prescripción es:
Bird, una canción con un arreglo de guitarra en repetición y trompetas suaves como caricias.
Heart Dont Stand A Chance, una joyita con una sección de ritmos difícil de ignorar.
Put Me Thru, un track alegre, guiado por el piano y la extraordinaria voz de Paak.
Am I Wrong: neo disco altamente bailable.
Lite Weight, otra joyita un poco más lenta, acompañada por coros que afectan el cuerpo invitando al movimiento.
Come Down. La canción con más estilo del álbum.
Sillicon Valley. ¿Una balada perreable?

Paak se rodea de su banda The Free Nationals y, además de ser vocalista, toca la batería. Cuando ves sus videos en vivo con una sonrisa en el rostro, no puedes dejar de pensar en una suerte de Stevie Wonder hipster.
Una placa de imaginación celeste
con los pies sobre la tierra.

Malibu es una propuesta arriesgada, pero no en un estilo espectacular de grandilocuencia vacía, sino desde una aproximación honesta, de imaginación celeste con los pies sobre la tierra. El camino que traza nos propone al músico como renovador de géneros. Como alguien que devora de la cultura popular para vomitar algo muy suyo.



Malibu
Anderson Paak
Steel Wool + OBE + Art Club + Empire, 2016