23.1.17

la pocha nostra_locura en spanglish


A través de un taller impartido en la ciudad de Mérida*, La Pocha Nostra implementa un proceso de pedagogía radical que incorpora la improvisación, rituales bizarros, las prácticas del cuerpo y acciones enigmáticas de arte en vivo. 

El siguiente diálogo cruzado surge como una reflexión de Guillermo Gómez Peña + Saúl García-López, codirectores del colectivo, tras concluir sus actividades en Yucatán.


CONEXIONES = REENCUENTRO

GUILLERMO GÓMEZ PEÑA (GGP): La Pocha Nostra es una tropa transnacional. Somos siete  artistas de seis países distintos que compartimos una condición de desterritorialización. Todos somos emigrantes. Vivimos entre dos o tres culturas distintas, entre dos o tres lenguajes y géneros distintos. Y por 25 años hemos generado un sistema de trabajo donde la praxis política principal es la pedagogía. Es decir, cómo ayudar a artistas jóvenes de distintas culturas a ser mejores cruzadores de fronteras, a ser mejores ciudadanos, más complejos, más activos, a tener nociones del oficio más interdisciplinarias, nociones de la identidad más fluidas.

Claro, en este proyecto específico que le llamamos El Reencuentro, hemos tratado de visitar zonas de México que son emisoras de inmigración, y conectarlas con las ciudades del norte que son receptoras de inmigración. Estamos embarcados en un proyecto de descentralización de la cultura del performance en México, y de crear vectores/conexiones entre ciudades emisoras y ciudades receptoras.

SAÚL GARCÍA-LÓPEZ (SGL): Es conocido que Mérida tiene una conexión muy fuerte con California, San Francisco y otras ciudades de Estados Unidos. En este megaproyecto, 26 artistas de distintos países están tratando de crear cadenas y relaciones que puedan trascender el tiempo, trascender la frontera, trascender estéticas y crear una comunidad que no sea solamente instantánea.


CHICANIZACIÓN DE MÉXICO

GGP: Es un poco la idea básica, el germen político del proyecto. Hace tres décadas me fui del país porque no había oxígeno para mi generación. Porque mi generación no podía crear lenguajes distintos, interdisciplinarios e híbridos que fueran capaces de ser contenidos por las instituciones nacionales. Por eso nos fuimos del país muchos artistas de mi generación. Y en mi caso, por eso me integré al movimiento chicano.

Ahora, veintitantos años después regreso a México para probar si mis teorías desarrolladas en la frontera tienen eco con la realidad. Y lo que descubro es que las generaciones jóvenes son generaciones ya transfronterizas. Son generaciones de jóvenes que ya han cruzado la frontera dos o tres veces, que a través de las redes de comunicación social están conectados con las comunidades de otros países y tienen conceptos de la identidad mucho más fluidos y complejos que los de mi generación. Entonces descubro de una manera elíptica que este proyecto fronterizo que comenzamos hace 30 años artistas en la frontera méxico-americana está desarrollándose en las comunidades más remotas de México. Y eso me da mucha esperanza.

Cuando estamos en Oaxaca escuchando un slang, rap trilingüe—zapoteco, spanglish, gringoñol—o cuando estamos en Monterrey y escuchamos los sonidos de El Gran Silencio, y todas las bandas de MTY que están reiventando la chicanidad al revés, y respondiendo con nuevos sonidos, o cuando estamos en el centro histórico de la Ciudad de México y vemos murales que ya son intervenidos directamente por artistas chicanos, descubrimos que la chicanonización de México es total, y que eso nos genera nuevas avenidas de comunicación con estas juventudes que estamos encontrando a lo largo del país.

SGL: En mi caso, como parte de la generación de las crisis, creciendo en los 80's y noventas principalmente, y en medio de la codicia de las tribus artísticas que tenían que venerar a las "vacas sagradas", decidí autoexiliarme en medio  de un canabalismo artístico despiadado. Ahora, a mi regreso, me encuentro con jóvenes dispuestos a crear sus propios espacios y ser autusuficientes creando nuevos lenguajes, tanto filosóficos como políticos y estéticos. Percibo una generación dispuesta a hacer de los muros reales y conceptuales una frontera más fluida y permeable, y con más esperanza.


EL CUERPO COMO METÁFORA

GGP: Tu generación entiende claramente que el cuerpo humano es una metáfora del cuerpo político, y lo que sucede en el cuerpo, las guerras que se dan en el cuerpo son las guerras que estamos llevando a cabo en el ámbito social.

Las políticas de género, de raza, de identidad y de nacionalidad activadas por el cuerpo mexicano contemporáneo están mucho más conectadas con nuestra realidad fronteriza. La Pocha esta de regreso porque nos interesa el cuerpo indígena, el cuerpo maya, el cuerpo zapoteca, el cuerpo mixteco, el cuerpo mexica. Nos interesa la inteligencia del cuerpo mexicano, que tiene otra manera de pensar, de moverse, de estar en el espacio, diferente a la del europeo o el anglosajón.

SLG: Y dentro de la misma geografía nacional, el cuerpo del sureste, el cuerpo de la península, el cuerpo del Pacífico y del norte tienen un temperamento distinto de cómo procesar la realidad social. El cuerpo como arte vivo está constantemente transformándose, cambiando, adaptándose, viviendo en el espacio fronterizo de identidades fluidas, se está hablando constantemente del norte hacia el sur, y viceversa. Este fenómeno, el de una identidad trasnacional, es algo que los  jóvenes entienden muy bien. Como consecuencia, se genera una oleada de chicanos que vienen a encontrar su pasado a través de su reencuentro con el sur.


MOVIMIENTOS SOCIALES

GGP: Con temor a ser pedante, yo me inserto en un discurso teórico panlatinoamericano y, claro, en mi juventud fui influenciado por los postestructuralistas franceses y norteamericanos, y por la literatura del boom, el rock en español y el cine independiente. Pero ahora me interesa más entender cuáles son los movimientos contemporáneos que están informando el arte del performance: los indignados en España, el movimiento Occupy, el movimiento Sin Tierra en Brasil, el zapatismo, el #yosoy132 en México, la primavera árabe. Estos movimientos recientes, anarquistas, utilizan las nuevas tecnologías para organizarse y crean una nueva disidencia sin liderazgo, una nueva disidencia descentralizada que está afectando los cuerpos de los artistas jóvenes que toman nuestros talleres. Y que al llegar a nuestros talleres, vienen ya con esta nueva información política, encarnada en sus cuerpos. ¿Me explico? Eso para mí es algo muy clave.

SLG: Hablando desde un mundo utópico, quizás estas disidencias puedan  llevarnos a ser mejores seres humanos, a entender nuestras diferencias, a ser más tolerantes, a ser mejores padres, a ser mejores amantes, a ser mejores vecinos, a colaborar los unos con los otros. En ese mundo utópico, yo creo en el despertar de una conciencia en el cual la democracia se empieza a transformar desde estas disidencias. Vivimos en democracias fallidas. Hay una desesperanza muy fuerte hacia la clase política en México, en Estados Unidos, en Europa. La democracia ya no funciona, pero creo que estas disidencias nos pueden llevar a una reinvención radical de lo que entendemos por democracia.


REDES

GGP: Cuando viajamos y revisitamos espacios en los que generamos comunidades disidentes de artistas, vemos con mucha esperanza que estas comunidades están logrando lo que nosotros no pudimos lograr. Por ejemplo ahorita en México hay una cultura muy grande del trueque, del intercambio de ideas y productos, que es totalmente anticapitalista pero al mismo tiempo se apoya en las redes sociales para efervescer, para desarrollarse. Esas son propuestas que la Pocha Nostra planteaba hace 20 años. Por ejemplo la obsesión de las comunidades teatrales, dancísticas y visuales en Latinoamérica por generar redes sociales que ahora son como el meollo del mundo del arte, es una propuesta que nosotros llevamos 25 años planteando. Yo veo que hay resultados. Y con toda humildad, los asumimos sin ningún protagonismo. No queremos asumir autoría ni mucho menos, pero entendemos que se están llevando a cabo. Y queremos seguir participando de este proceso y alimentándolo. Por ejemplo, para mí sería formidable que después de dos visitas de la Pocha Nostra a Mérida se generara una tropa de performance yucateca, en diálogo con los yucatecos de San Francisco y los pochos del norte. Eso es ya un objetivo concreto de la pedagogía que hemos trabajado durante dos semanas. ¿Y porqué traer a 16 extranjeros? Precisamente para que se generen los contactos necesarios en Estados Unidos, Canadá y Europa para crear estas comunidades trasnacionales donde empiecen a colaborar, a compartir archivos musicales, libretos, bitácoras de viaje…

SLG: ...sketches de imágenes visuales que pueden ser desarrolladas en sus propios términos fuera del taller, compartiendo recursos y públicos. Lo importante es generar formas alternas, independientes y sustentables de  producir eventos  y espacios para la rebeldía artística y política.

GGP: El taller es un pretexto para generar comunidades sustentables que van a un futuro inmediato. Y sucede, lo estamos viviendo. Ya hay como 3 o 4 hijitos macabros de la Pocha Nostra en Oaxaca, 4 o 5 en Baja California, varios en el suroeste norteamericano, comunidades de 6, 8, 10 artistas que siguen trabajando a su manera estas propuestas de colaboración transnacional.


HUMOR

GGP: El humor es necesario. Trabajamos con realidades muy crudas: el crimen organizado, la violencia de género y raza, la disparidad de las relaciones entre el norte y el sur, la guerra de Medio Oriente. Tratamos temas tan cabrones, tan dramáticos, que la única manera de presentarlos ante un público es con humor, con locura, y con locura en spanglish, con ironía. De otra manera perdemos al público. El público tiene que curársela. Tenemos que dejarle una vela prendida al final del performance. Si no, qué oso, qué joda, para qué lo hacemos. Y en ese sentido, claro, estamos en contra del arte político más duro y serio que no le deja al público ninguna otra alternativa más que llorar.  

SGL: Y el humor que maneja La Pocha Nostra, en su estética, en su trabajo, en nuestros talleres, en nuestra pedagogía, es algo vital. Es una válvula de escape y  es una forma de hacer política con el humor, desmitificar la seriedad del arte y bajarlo al territorio mundano. Así esperamos que uno se enganche más, y uno se de cuenta que tiene un poder de decisión porque puede reírse, puede liberarse, puede tomarlo en serio o no, y es ahí donde yo creo que cada persona del público puede encontrar su vela individual, una vela al reconocer que pueden tomar una decisión sobre la interpretación de las imágenes que proponemos. Se le devuelve su capacidad y libertad de acción.


INTERVENCIÓN CIUDADANA

GGP: Una de las imágenes más potentes de La Pocha Nostra en los tiempos recientes es que trabajamos con animales de rastro. Con puercos y vacas que son ocupadas por cuerpos desnudos como metáforas de la violencia del crimen organizado. Y en ocasiones le pedimos al público que si tienen algún muertito, hagan su propio milagrito y lo cuelguen en la carnes del puerco o de la res. Inmediatamente después, los participantes pasan a otro espacio al aire libre, donde tenemos varias botellas de licor, y les pedimos que las arrojen con toda su ira al muro y nombren su odio. Y entonces pasan cosas muy curiosas, porque empiezan todos nombrando lo obvio—al gobierno mexicano, al gobierno gringo, a los políticos locales, el machismo, la homofobia, el sexismo, la violencia doméstica—y al rato terminan curándosela y nombrando el absurdo, nombrando la cotidianeidad, nombrando la locura, y luego eso se convierte en una fiesta, y terminan todos bailando. Porque de otra manera, el arte político no funciona. Y hay muchos casos en los que el arte político deja al público en el abismo, mirando al abismo. La intervención ciudadana en el performance, la capacidad del performance para involucrar a la comunidad e intervenir es vital. Vemos el performance como una democracia social radical, torpe, imperfecta, pero eficiente. Eso nos interesa: cómo liberar al público de la dictadura de la butaca, de la oscuridad. Cómo hacer que el público se involucre en el destino del performance.

SGL: Queremos hacer que se involucren con sus cuerpos, sus acciones, su imaginación, sus utopías personales y sociales, y hagan del performance un rito psicomágico.

GGP: ¿Cómo hacer que el público participe activamente en la toma de decisiones estéticas, que también son políticas y van a llevar a una resolución del performance? Solo pensando en el espacio del performance como una metáfora del espacio social y en el cuerpo humano como una metáfora del cuerpo político.

* Este taller se desarrolló en el marco del Festival Mérida Fest con el apoyo de Murmurante Producciones AC, La Rendija, el Centro Cultural del ISSSTE, la cantina La Negrita, La Fundación Mezcalería y el Ayuntamiento de Mérida.

LOCURA EN SPANGLISH
Edición de textos: Christian Núñez
Imágenes: La Pocha Nostra
Balitrónica + Gerardo Juárez, foto de Hache Herani
Guillermo Gómez Peña, Jerónimo Insurrecto, foto de RJ Muna
Saúl García-López, Mariachi zombie, foto de Norma Patiño
Gerardo Juárez + Mia Rollow, foto de Norma Patiño
Gerardo Juárez + Norma Flores, Romance épico, foto de Hace Herani
Welcome 2 Latin America CENSORED!!
Guillermo Gómez Peña, foto de Zach Gross
Michele Ceballos, Sueño de juventud, foto de Hache Herani

CONEJOBELGA I Cultura Pop agradece el apoyo de Ariadna Medina para la realización de esta entrevista.