29.7.17

despierta, link

 
El héroe. La leyenda. El viaje.

LINK

Ya lo escribía Shigeru Miyamoto en la introducción de Hyrule Historia, la cronología retrospectiva publicada en 2013:
* Así que han pasado veinticinco años, y hemos hecho muchos títulos de Zelda. Al principio, Link solo era una serie de puntos pixelados, y ahora es un héroe que se muestra valiente, capaz de un movimiento libre y realista. Ganon se ha convertido en un poderoso archivillano, y Zelda, en una mujer increíblemente hermosa.
* Los aspectos más importantes de un juego son el sistema de juego, la acción, la experiencia sensorial, la creatividad, los valores de producción, y el desempeño.
* The Legend of Zelda es la única serie de videojuegos donde un jugador puede introducir su propio nombre. Comenté que el nombre de Link viene de su función como un conector, pero Link eres tú, el jugador.

Breath Of The Wild no solo es la síntesis de los diferenciales arriba mencionados: representa un nuevo comienzo en la trayectoria de Nintendo. Tras los altibajos que ya se habían convertido en problemas financieros durante la era del Wii U, la empresa necesitaba reinventarse. No es casual entonces que el título de lanzamiento del Switch (y la despedida del Wii U) sea este enlace al futuro. Una apuesta sin duda arriesgada, ya que el catálogo inicial de la nueva consola, en marzo de 2017, era más bien escaso. Con apenas un puñado de juegos.

Lo que Nintendo deja claro es que la tradición jamás traiciona, pero la innovación pone las cosas en su sitio. Ante las embestidas de Playstation 4 y Xbox One, era momento de tomar cartas en el asunto—como cuando empezaba en el negocio, precisamente fabricando barajas karuta. Nintendo encontró el link. Fue capaz de moverse de forma realista y libre al mismo tiempo. El Switch aporta la experiencia de una consola casera en un dispositivo portátil de modo robusto. Más que una tostadora, es un anfibio ejemplar. El Game & Watch de los millennials.





MUNDO ABIERTO

Hubo dos cambios significativos en la dinámica de BoTW. El primero y más notable: un enorme mundo abierto, donde la sensación de libertad es plena—mérito de Monolith Soft y Eiji Aonuma. El segundo: ahora Link puede saltar. Parecería un detalle menor, pero cambia radicalmente el sistema de juego. Hay otras modificaciones en el gameplay que no vale la pena señalar; atrofiarían el factor sorpresa. Y vaya que hay sorpresas. El asombro y la exploración caminan juntos.

El aspecto visual es el de una animación japonesa en cel shading, como si Ghibli le hiciera el amor a Nintendo. Puedes coleccionar crepúsculos o hacerte selfies a la luz de la luna. Si eres adicto a los reflejos del sol en el agua, vas a maravillarte con sus tonalidades impresionistas. La diversidad de flora y fauna, ruidos ambientales y fenómenos atmosféricos, personajes secundarios y diálogos graciosos van a provocarte un tsunami emocional.  

Hay un elemento de familiaridad en todo y, simultáneamente, se levanta el telón de una entrega inédita, que repasa lo antes visto punto por punto. La intertextualidad nos remite a Skyward Sword, Twilight Princess, Windwaker, Ocarina of Time y, en síntesis, unifica el concepto original y lo deconstruye. El propio Ganon ha vuelto como cataclismo y su espíritu maligno habita en cuatro fortalezas. Vas a necesitar ayuda.

La música, a cargo de Manaka Takaota, emplea melodías orquestales con arreglos electrónicos. A veces en variaciones que dependen del día y la noche, o con temas revisitados, las piezas van del minimalismo lúdico al coqueteo místico. En los santuarios que irás descubriendo a través del mapa, el apartado sonoro logra una inmersión impresionante. Hyrule obsequia reflexiones filosóficas en un lenguaje sencillo y accesible, con un score igual de legendario.

También aprenderás a cocinar: brochetas, guisantes, postres de fruta. Recordarás momentos dorados con la princesa Zelda. Discusiones juveniles. Tendrás batallas épicas a orillas de valles pedregosos. No hay leyenda sin adrenalina. Vas a besar el polvo repetidas veces. Serás perseguido por arañas robotizadas. Te humillarán para conseguir corazones y resistencia. Caminarás o cabalgarás en solitario. Es lo menos que puede esperarse de un héroe. Valor.




MONOMITO

Igual que en títulos anteriores, BoTW pone en marcha una parábola: el eterno combate entre el bien y el mal. Su narrativa posee transparencia juvenil y ejemplifica el mito del héroe con exactitud. Propone un viaje inmenso, con heraldos que abrirán el camino, intervenciones sobrenaturales, misiones ambiciosas, revelaciones místicas y una inevitable transformación interna. Eres el conector de verdades atemporales, Sísifo al pie de la montaña.´s﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽la roca.o van man  capacidad para entregarnos do en que estos son les

Los géneros literarios dependen menos de los textos que del modo en que estos son leídos, decía Borges. De igual modo, la saga de Zelda sobresale por su capacidad para mostrarnos contenidos que traspasan el plano de los videojuegos. Surgen como gameplay, pero van más allá. Scheler habla de la captación de los valores por medio de una intuición emocional. Cuando Link se despierta, lo hace precisamente para enrolarse en una aventura axiológica.

Y allí comienza el otro viaje. Quizá el auténtico.